jueves, 11 de junio de 2015

Que anímales fuimos...

Me hablastes de tu cabello, que cuando apreta la calor se convierte en crines de caballo, y decias que en otra vida  corrías al galope en plena libertad por grandes montañas frondosas, pero no me hablastes de la necesidad que tienen los caballos de estar en manada, que la soledad los condena a la pena mas profunda. 
Me preguntastes que animal había sido yo en otra vida y me vino a la cabeza, la vida de un perro dócil, obediente, sumiso, que mueve la cola cada vez que apareces, que mete la cola cuando siente miedo de perderte y que se tumba resignado sin saber muy bien que hacer.

No hay comentarios: